lunes, 14 de febrero de 2011
El horizonte
Patrick Modiano hace una literatura distinta y El horizonte, novela publicada hace pocos meses por Anagrama, es una buena muestra. Lo que se nos cuenta en ella sucede en una nebulosa extraña, como si el tiempo no fuese la medida adecuada para calibrar los acontecimientos narrados y sus personajes, Jean Bosmans, Margaret Le Coz, Boyaval, no fuesen sino entes incorpóreos, fantasmas que se mueven en una realidad apenas física. Jean Bosmans recuerda, cuarenta años después, cómo conoció a Margaret durante una manifestación estudiantil. Y la recuerda al tiempo que transita las mismas calles de un París que no es el mismo de entonces. En cierto momento, recién acabada la lectura de una novela de ciencia-ficción, Bosmans piensa en la posibilidad de tal vez estar compartiendo espacio con personas que fueron y no son ya la misma, con él a sus veinte años, unos y otros moviéndose por pasadizos paralelos, mirándose unos a otros, pero sin que sea posible la comunicación. La duda de que sea así abre un horizonte de expectativas para este hombre de cuyo pasado va rememorando breves pasajes vinculados a su relación con una joven esquiva, Margaret, aya en casas en las que se siente protegida pero no siempre segura. De su pasado surge una figura inquietante, que la aterroriza, de la que el lector no sabe sino aquello que Margaret siente, nunca la verdad exacta. Boyaval la sigue, está obsesionado con ella. ¿Se trata realmente de un pervertido?, o, por el contrario, ¿es un individuo que no halla otro modo de comunicarse que no sea su agresividad contenida y muda? Todo sucede ambiguamente. Lejos de aturdir al lector, este modo de narrar lo va envolviendo, lo sitúa en una posición también ambigua y le imposibilita juzgar. Bosmans también tiene quien lo persigue. Una mujer de pelo rojo y un hombre que colgó los hábitos. ¿Sus padres? Es muy posible, pero nunca los menciona como tales. Tampoco se nos aclara que lo que se nos cuenta sea una historia de amor. Y sin embargo, cuando llegamos a su última página, no podemos dejar de pensar que lo sea. Una historia extraña, fascinante en la medida en que parecemos flotar sobre esta ciudad desdibujada, sobre unos personajes salidos de una niebla hecha de experiencia y años pasados.
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Me gustan tus reseñas y además veo que coindimos en bastantes libros así que con tu permiso te añado.
ResponderEliminarUn abrazo
Bienvenida Madison. No pretendo otra cosa que compartir lo que siento por la literatura, y saber que estás en este blog me alegra mucho.
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